5.12.13

Otoño

Su mirada es un otoño, una danza de hojas que bailan alrededor de una viva hoguera. Un mar de leña que te quema el alma. Una vitrina que expone al mundo todo lo que su boca calla. Un escalofrío en la espalda cuando sientes que te observa. Un susurro al oído, una tormenta que aparece en sueños y revuelve tu cama. El misterio de una noche estrellada, luminosa y cansada… 


Eso es su mirada.


Ewinor


(Gracias por haberme mirado con buenos ojos tanto tiempo, pero la realidad es la que refleja el espejo).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Simplemente, sin palabras. Me has quitado el aliento.

I.P.P. dijo...

Con la voz que la letanía amorosa me requisaba (y la promiscuidad me ha devuelto) afirmo, curado ya de espanto y de cicatrices, que poco hay que agradecer.

Verdaderamente, no es tanto cambio como propones respecto a aquella visión de antaño. No lo es. Tú, ahora; yo, antes, hablamos de energía. Ni más, ni menos. La misma que tiene la hoguera que quema el alma es de la que vivía el percusionista loco. De energía. De vida. (Que por mucho tiempo que pase, no te falte).

A veces, pensamos que hemos roto todas las promesas que nos hicimos... pero es justamente lo contrario. Las obviamos para poder cumplir la más importante de todas: crecer juntos. Porque como decimos en las manis, a las que aquel niño jamás hubiera asistido (¿qué pintaba alguien sin voz en la guerra de los gritos?): De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste.


Te echo de menos.

Y no te quiero. Y no me quieres. Porque no nos conocemos. Y esto es lo más bonito que nos podía pasar. Es una oportunidad para volver a empezar. Personas nuevas, amistad nueva.