31.5.16

Cordura, o no.

Hoy he vuelto a encontrarme frente al espejo, corroborando los esquemas del poco tiempo que me queda para estar en mis cabales. Mi voz suspira mientras el eco de una mirada perdida, que apenas encuentro, me observa. Puedo notarlo, estoy recobrando el sentido; eso me aterra. Escucho el llanto de mi propia risa, el gélido susurro de una lágrima surcando el rostro de mi reflejo. Apuro el último trago.


¿Qué demonios estoy bebiendo? ¿Veneno? Tal vez. Eso ayudaría. Qué idiota, ahora me pongo a recordar...



Aquellas noches de sol... ¿Qué digo? Aquellos días de lluvia en que todo se resumía en un concierto de gotas estrellándose contra la acera. Cuánto tiempo tenía entonces y cuántas ganas de desperdiciarlo. Todavía recuerdo el olor a pintura fresca del tiempo resbalando por las aspas de mi paraguas...



De nuevo esa sensación. ¿Acaso estoy empezando a razonar? Tiemblo sólo de pensarlo y, si me quedo solo en esto, escribo estas últimas líneas para demostrar que alguna vez yo también fui una de aquellas pocas, locas, que ven el mundo con otros ojos.

Me despido de mí hasta nuevo aviso. 



Atentamente... una impostora.

8.5.16

Cuando salga el sol...

...si no me encuentras, dilo,
porque yo sé dónde estaré;
acurrucada entre tus sábanas.

Y cuando salga el sol, 
si no me encuentras, búscame, 
que quiero verte sufrir si no me tienes.

Si de madrugada comienzan a cantar los pájaros y no me oyes, 
agudiza tus oídos, 
pues yo tendré preparada para ti la canción mas hermosa jamás cantada.

No esperes a buscarme tras salir el sol, 
porque encontrarás un mar de lágrimas escondido en un racimo de uvas.

Hay un sueño escondido en una copa de vino, 
y una mirada avellana que te espera despierta.

No esperes que nadie te diga donde estoy, 
sabes de sobra dónde estaré;
estaré esperándote entre los pliegues de tus dedos,
estaré esperándote, entre la sombra de tus manos.

Y entre todos los entresijos de tu ser, 
yo estaré escondida,
y entre todos los poros de tu piel, 
yo seré el sudor que refresca tu frente y tu latido.

No esperes a buscarme tras salir el sol, 
que el amor se hace mejor cuando el cielo está preñado de estrellas, 
y no se oye más pálpito que nuestros corazones.