13.12.16

Y tú, ¿de qué pasta estás hecha?

Estoy hecha de fuego,
de noches de ruina, 
de penas, de frío, 
de hielo y de hastío .


Soy diurna, 

de historias contadas,
de promesas al aire, 
arrojadas al viento.
De cuentos de brujas,
los catorce de febrero.


Soy de otoño, 

de hojas caídas, 
de correr sin destino,
y quedar sin aliento.


Soy de lluvia caída,

detrás de un espejo,
de lágrima fácil,
y de besos lentos.


De noches heladas,

entre plumas y almohadas,
de oscuros gemidos, 
alegres lamentos.


Esther

22.10.16

"Cause I feel..

... I can always show my everything to you.
If this moment was for me."


ありがとう

30.6.16

IV.

Cuando las cosas son como si fueran...

Lo único imposible es ser tú misma, el no poder sentir de otra manera.

Cuando nada recibo de ti, el aire que respiro, quema.

31.5.16

Cordura, o no.

Hoy he vuelto a encontrarme frente al espejo, corroborando los esquemas del poco tiempo que me queda para estar en mis cabales. Mi voz suspira mientras el eco de una mirada perdida, que apenas encuentro, me observa. Puedo notarlo, estoy recobrando el sentido; eso me aterra. Escucho el llanto de mi propia risa, el gélido susurro de una lágrima surcando el rostro de mi reflejo. Apuro el último trago.


¿Qué demonios estoy bebiendo? ¿Veneno? Tal vez. Eso ayudaría. Qué idiota, ahora me pongo a recordar...



Aquellas noches de sol... ¿Qué digo? Aquellos días de lluvia en que todo se resumía en un concierto de gotas estrellándose contra la acera. Cuánto tiempo tenía entonces y cuántas ganas de desperdiciarlo. Todavía recuerdo el olor a pintura fresca del tiempo resbalando por las aspas de mi paraguas...



De nuevo esa sensación. ¿Acaso estoy empezando a razonar? Tiemblo sólo de pensarlo y, si me quedo solo en esto, escribo estas últimas líneas para demostrar que alguna vez yo también fui una de aquellas pocas, locas, que ven el mundo con otros ojos.

Me despido de mí hasta nuevo aviso. 



Atentamente... una impostora.

8.5.16

Cuando salga el sol...

...si no me encuentras, dilo,
porque yo sé dónde estaré;
acurrucada entre tus sábanas.

Y cuando salga el sol, 
si no me encuentras, búscame, 
que quiero verte sufrir si no me tienes.

Si de madrugada comienzan a cantar los pájaros y no me oyes, 
agudiza tus oídos, 
pues yo tendré preparada para ti la canción mas hermosa jamás cantada.

No esperes a buscarme tras salir el sol, 
porque encontrarás un mar de lágrimas escondido en un racimo de uvas.

Hay un sueño escondido en una copa de vino, 
y una mirada avellana que te espera despierta.

No esperes que nadie te diga donde estoy, 
sabes de sobra dónde estaré;
estaré esperándote entre los pliegues de tus dedos,
estaré esperándote, entre la sombra de tus manos.

Y entre todos los entresijos de tu ser, 
yo estaré escondida,
y entre todos los poros de tu piel, 
yo seré el sudor que refresca tu frente y tu latido.

No esperes a buscarme tras salir el sol, 
que el amor se hace mejor cuando el cielo está preñado de estrellas, 
y no se oye más pálpito que nuestros corazones.



17.4.16

Latido

Calma, quietud, con olor a rosas, 
mariposas que alegremente adornan las esquinas.
Espinas de rosa que a vértices de nube aspiran.

¡Baja y sube el carrusel de la ilusión!

No estás, ni ayer, ni hoy, en mi ramo de rosas,
no asoma tu mirada en el rocío de sus gotas. 
El tiempo borra las huellas de sus quebradas risas,
como la niña que vive por no morir... sin ti.

Y dirás, cuando todo calle, que el soplo es de aire, y no de brisa.
Lazos y ataduras de terciopelo rojo. 
Beso sustentado en el recuerdo de sus pasos de baile... silencio, duelo y risas.

¡Risa de carrusel!

Hoy, no camina el árbol que fue sombra.
¿Lo sabías?
Decías, a la vez, que el tiempo no fue aquel,
que a la ironía del vivir dabas cobijo.

¡Telón cerrándose, a la vez que el tiempo!

Nace, de improviso, tu vuelo.
Ni bruma, ni cielo.
ni canto, ni espanto,
ni ir, ni venir.

¡Decir, en ese infinito, castigo del hablante!

"No hay camino, caminante".

14.3.16

Rosas

Los días rieron, con esa sencillez que llena una mirada.

Esos días que discurren entre el decir y el callar, más sus pasos, que no se oían;

ella temblaba frente al tiempo y él... él nada sabía. Buscaba encontrar una sola razón para seguir amando la vida.

De él, tantas cosas, que todas resumían una única razón: quererle, hacer latir su corazón. De ese modo en que no se alcanza, sino pasiónun instante nada más y despertar juntos entre sábanas y sudor.

La apagada tristeza la llamaba por su nombre. Un nuevo amanecer herido de esperanzas rompía su vida, imponiendo un silencio aterrador.

Son adioses, que tras el camino, se traducen en huida y ausencia, en silencios que culminan en dolor, en labios mudos que, por miedo, no permiten salir su voz

Dolía cada instante. Él supuso poco. Sentía que se alejaban poco a poco su perfume y su color, como una nube que oculta los rayos de sol, y el lento latido de su cuerpo frágil se agotó.


Aquí, junto a su pluma duerme su corazón. Con pudor él lo sostiene, y en la otra mano una flor; la misma que hace tiempo le negó. Demasiado tarde quiso demostrarle su amor.


Rosas de dolor, que poco a poco el tiempo marchitó.

Esther

15.2.16

Amor Eterno

Como el rugido de los truenos bajo cielos turbulentos,
como el bramido de los bosques moribundos por incendios,
como el canto de la sirena que sueña con mecer su pelo al viento,
como el latido que hace eco en mis venas y en mi pecho,
como el “te quiero” en susurro que estremece el pensamiento,
te amaré, Amor, más allá del tiempo…


Te amaré aunque me duelan tus suspiros y silencios,
te amaré aunque no hagas tuyo mi deseo ni el desvelo,
te amaré sin plantearme conciertos ni acuerdos,
te amaré sin razones, sin esperanza, sin tu aliento,
te amaré sin recuerdo, olvido, ni conocimiento,
te amaré, Amor, más allá de un sentimiento…


Enamorada del Amor a ti me entrego:
no importa si no existes,
ni si solo eres sueño,
por ti, seré Amor Eterno.



Esther

26.1.16

Vacíos

Mejor no abras los ojos, nada de lo que veas va a ser real. No creas lo que ves a través de ellos, todo es falso, todo está mecanizado, manipulado. Las personas no existen, tan solo son fotocopias que se mueven de un lado para otro intentando dar vida a un mundo muerto.

No escuches, no te creas las palabras que oyes. No hagas tuyo un “te quiero”, porque nadie siente. En este mundo que te rodea las cabezas están huecas y los corazones vacíos. Fríos, como las caricias que erizan tu piel. Tan solo son manos de acero jugando entre tus piernas a ser Dios, y tú no crees en él.

No te enamores de ese perfume que te agita la sangre, pues es más artificial que el sabor del beso que se da por rutina.

A qué aferrarse entonces, te preguntarás. ¿En qué o quién puedo confiar?


Quiere y cree lo imperfecto, los impulsos y la locura. Cree en lo natural y en lo atípico. Cree en quien te demuestre los “te quieros” y no al que te los susurre bajito al oído. Quiere a quien sea capaz de tatuar tu nombre a fuego en su pecho, y sobre todo y ante todo, ama a quien consiga hacerte reír aun estando enfadado.


Esther