16.4.20

Mi sombra

Quizás no sea bueno tanto caos dentro de mi cabeza. Salir a beber del aire y darme cuenta de que lo único que me da es más sed.

Mirarme en silencio y comprender que todo lo que soy ya no está, se desvanece. Nunca soy la misma persona. Aclaro conmigo mis errores -que no son pocos-. Los aciertos a veces los guardo y me contagio de virtud.

No sé la mitad de las cosas. La otra mitad hago como que me las creo. Pienso que morir pensando es morir viviendo.

Y salgo a pasear, una y otra vez... Sin rumbo. Pensaba en el mañana y mis conversaciones internas sobrevivían a un mar de lágrimas. Corría la gente incansable, como nunca antes la había visto. A veces miraba las huellas que dejaban tras de sí, su locura que quedaba impregnada en el aire y sus sombras dañadas por el tiempo.

Yo corría sin aire. Sin aire y sin aliento corría delante del miedo que me perseguía. Inútil. Inútil mi esfuerzo por huir del miedo. Corría cuesta abajo y sin frenos. Tras bajar la colina, miré a mi alrededor y me percaté de que estaba sola, nada ni nadie me perseguía, tan solo era mi sombra.


Esther

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