30.4.17
Ni estabas, ni estarás
Contempló su regreso como quien espera una esperanza perdida, contemplando sus manos y su corazón vacíos con una sonrisa fingida.
7.3.17
28.2.17
Adicción
El perfume alocado del deseo se
confundía con el olor a tabaco que surgía de su piel desnuda, su boca exhalaba una neblina constante,
trepando la carne de mis labios para descansar un instante en el ínfimo espacio
que separaba el roce de nuestras lenguas. Aspiraba lentamente la nicotina
alojada en sus pulmones mientras notaba el sabor de su saliva en mi paladar.
Con la última calada maquillaba mi rostro antes de fundirnos de nuevo en el
goce de la carne. Se empapaba mi piel resbalando gozosa sobre el sudor que
emanaba del ardor de su cuerpo. Rendidos y satisfechos, compartíamos de nuevo
cigarros, besos y caricias hasta quedar colmados de placeres. Abrazados, nos
entregábamos al sueño reponedor, envueltos por la fragancia embriagadora del
sexo y la nicotina...
... Medio sumida en un sueño repetitivo
escribo estas líneas, parte de mi terapia para combatir la adicción. No puedo evitar que mi olfato
se inunde de un perfume especialmente conocido.
"¿Qué me dices, compartimos un cigarrillo?"
Esther
21.2.17
19.2.17
Crisis de identidad
Cada día siento
más míos los delirios misántropos que surgen en la azotea de mis alborotados
pensamientos. Rígida en mis horarios diurnos paso el día aspirando humos de
bienestar y observando letras en una pantalla. Disfrazando la existencia de
fugaces sonrisas, mientras el alma vive despedazada frente a un espejo roto y
una existencia desalmada.
Esas escapadas
que llevan a la cumbre de mi demencia, caminando entre cerebros repletos de
serrín y algún que otro resquicio de cordura, acumulando silenciosas derrotas
con la locura propia de una rosa ya marchita, abocada a una temprana vejez mental
y perdida en un mundo extraño en el que no me siento bienvenida, un mundo de
ilusiones iniciadas y esfumadas en los infortunios de mi propia vanidad.
![Imagen de broken, black and white, and glass](https://data.whicdn.com/images/275487082/large.jpg)
Años perdidos
en gastar tinta y papel, ilusión y esfuerzo, rodeada de infelices, de extraños,
de sonrisas de juguete, de estrictos horarios, ahuyentando las oportunidades y a
mi imagen rota y quebrada en el espejo.
Cada mañana el
mismo bostezo y por las noches, el mismo drama. Entre almohadas y suspiros, desorden,
con el sueño arrebatado y la mirada infinita perdida en el “qué hubiera pasado
si…”. Lo cotidiano es ya solo una rutina de mensajes, de ausencias, de deseos
ocultos y de sueños en silencio. Y al final, nada. Nada que contemple que la
existencia es solo un pasatiempo o una pérdida de tiempo, con la coraza puesta
y la pasividad de una fría piedra.
La venganza no
escrita de nuestras propias decisiones, decapitando desdichas y abrazando
nuestros propios verdugos, sentencias que nos postergan a vivir encadenados,
con esa condena de aceptar quienes somos.
Despierto cada
mañana con esa idea, ese endiablado recuerdo, el abrupto pensamiento de la
miserable existencia. La ventana sucia, la luz pálida, el cielo gris y la
montaña de edificios. Todo sigue igual. Nada ha cambiado desde ayer, al espejo
que me mira, lo ignoro, ese espejo que me recuerda que soy y existo. Y me hace
preguntarme, qué cambiaría en tu vida -sí, tú que lees esto- si yo no existiera.
Probablemente nada cambiaría.
Oculto en las tinieblas de los propios e íntimos asuntos, despereza un latido. Toca alegrar el rostro con mil brochas y colores, afrontar de nuevo el revés caprichoso de ser o no ser. Y me alejo absorta en vencidas tristezas, en una soledad de calendario, de días fugaces, de noches eternas, de disparates, de absurdos, de insensateces. Y, sin mediar un solo respiro, dejo que pasen las horas como esta noche; recogida, sola, en frente de un espejo roto por mi ira, donde ni me veo ni me encuentro, donde hay alguien en mí que me recuerda que ésa que me mira no soy yo.
Oculto en las tinieblas de los propios e íntimos asuntos, despereza un latido. Toca alegrar el rostro con mil brochas y colores, afrontar de nuevo el revés caprichoso de ser o no ser. Y me alejo absorta en vencidas tristezas, en una soledad de calendario, de días fugaces, de noches eternas, de disparates, de absurdos, de insensateces. Y, sin mediar un solo respiro, dejo que pasen las horas como esta noche; recogida, sola, en frente de un espejo roto por mi ira, donde ni me veo ni me encuentro, donde hay alguien en mí que me recuerda que ésa que me mira no soy yo.
Esther
17.2.17
VII.
- No te preocupes, todo saldrá bien -le consoló la voz-.
- Eso es lo que me preocupa -contestó ella-.
- Eso es lo que me preocupa -contestó ella-.
12.2.17
5.2.17
V.
La escritura es como esa
conversación arriesgada; cuanto más te adentras en ella, más difícil te resulta
dejar de escribir.
2.2.17
El placer de lo prohibido
Según pasaban las horas, quedó
dormida y dejó su piel desnuda y vulnerable. Desde hacía un par de meses,
esperaba con impaciencia que llegara la noche para volver a estremecerse en
sueños.
Tan pronto como cerraba los ojos,
sentía un escalofrío en la nuca que le erizaba toda la piel, seguido de una voz
susurrante, que despertaba su fuego interno. Era entonces cuando se giraba, sus
miradas se cruzaban y otro escalofrío recorría toda su columna. De repente,
notaba el calor de sus manos expertas acariciando sus piernas con delicadeza y
su imponente mirada clavada en sus labios. Se sentía atrapada, vulnerable, y
eso le encantaba.
En ese momento sus bocas se
encontraban y se desataba la batalla. Ambas lenguas jugaban dentro de la boca y
los dientes mordían con brusquedad sus labios, mientras las manos arañaban los hombros, haciéndolos sangrar. El juego continuaba por unos minutos hasta que él
la tumbaba con ímpetu sobre la cama y se colocaba sobre ella, sujetándole las
muñecas con las manos. La lengua que hacía poco estaba jugando con la suya,
pasó a recorrer despacio todo su cuerpo un par de veces, de arriba a abajo. Sin
darse cuenta se vio a sí misma siendo atada a la cabecera de la cama con una
cuerda gruesa que llegaba a hacerle daño en las muñecas.
Inmovilizada, sentía un
cosquilleo en la zona interna de los muslos. De nuevo, sus manos le acariciaban
las piernas, pero esta vez con más fiereza. Él, aprovechaba ese momento para
retomar el juego entre sus piernas, y conseguir sacarle el primer gemido de
placer. Mientras tanto, ella, seguía luchando con aquellas cuerdas que le
impedían tocarle y agarrarle la cabeza. Como si él supiese lo que ella pensaba,
levantaba la cabeza, la miraba a los ojos con la intensidad que le caracterizaba,
y desataba los nudos.
Se tumbó sobre ella, rozando su
piel desnuda y buscando de nuevo su boca. Entonces ella cerraba los ojos,
dejándose llevar. Por fin, sentía que sus cuerpos se unían y todo su cuerpo
estremecía, al tiempo que ambos escuchaban sus entrecortadas respiraciones.
«Toc, toc».
Se escuchaba tras sus gemidos de placer, pero deseaba seguir, a estas alturas
daba igual quién abriese la puerta. «Toc, toc». Volvía a oírse de
nuevo, insistente. Su pulso se aceleró, y el corazón comenzó a latirle a mil por
hora en el instante en que la puerta se abría y dejaba pasar un haz de luz, que
la despertaba del sueño.
Se despertó empapada
en sudor y respirando agitadamente. Miró hacia la puerta. Estaba cerrada. Por
un momento sintió que todo había sido real y que había observándolos tras la puerta. Recordó el sueño, y sonrió, aliviada. Porque en el mundo
onírico nada estaba bien, ni mal. Todo era posible, y tan simple como dejar que
el deseo actuase a su libre albedrío. Sin más preocupaciones ni ataduras que
las que debieran atarla a la cabecera de la cama.
Ewinor
24.1.17
Tablero de ajedrez
« Mientras no elijas, todo sigue siendo posible. »
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6DluPh5Jv9LanFb0v0MUY0b9hL88c_ULBzW_ucDSzS8WEO2B_2ffATXAQ2Xi7xdSP-yN46uecyF8Ni6n_b4AMdhTHypY0LzLa1jDWcek-ubDHwl6uIuPgTGOYupCX9koMzWAG0ExHseKH/s320/jaque-mate-1.jpg)
Cada movimiento lleva a otro, que a su vez elimina otras tantas oportunidades que pudieron haber cambiado el curso de mi historia.
No quiero tener que plantearme qué hubiera pasado si la estrategia hubiese sido otra. Quiero jugar todas las opciones y vivir diferentes finales. Quizá lo más lógico sería advertir con un jaque y tratar de vencer más adelante, o dejarlo en tablas, donde todos los finales siguen siendo perfectamente válidos, y así, poder iniciar una nueva partida. Pero, ¿qué pasaría si me venciesen?
¿Y si quiero que el Rey me coma?
Ewinor
19.1.17
Locura
El ser humano con capacidad de
raciocinio, es aquel capaz de controlar su locura.
Mi corazón parece haber declarado
la guerra a mi cerebro. Todo por el dominio de mi alma, dividida en tantas
piezas como cartas que hace tiempo pasaron a ser tan solo un montón de ceniza. “Por buscar no pierdes nada” te
dicen. Y mienten. Pierdes tiempo, perdemos cordura.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1Sxec7PSO06_jR5_KnuA7yS4dwV4kzP8V6C0edv8wMw6yBfJ7EoTRbRPGNqhbAgAO-kZAlT654SH1xt7GKb5VN0mrf4g37FHrmZOLiNBYYYiArrSpo6TgVusQWnNHGEx8ZArBQoenNcWe/s320/Madness.jpg)
En momentos como ése, es cuando
verdaderamente siento miedo, cuando ningún ángel ni acto de bondad me invita a
quedarme en la tierra, cuando un error o un paso mal dado puede arrebatármelo
todo. Y lo hará. Lo hará porque en el fondo mi demencia quiere que así sea. Y como esclava de ella que soy
–que somos- no añoro un camino más justo que como destino tenga entre las yemas
de mis dedos la cordura.
Qué importa morir loca o morir
sin haber pensado. Aunque no me creáis, piensa más el loco que ha elegido serlo
que el más cuerdo de todos que ni siquiera se ha parado a pensar nunca por qué
razón perder la cordura.
¿Y por qué perder la cordura? ¿Y
por qué no hacerlo? ¿Qué ha hecho por ti la cordura?
Tan solo decisiones estúpidas que no llevan a nada. Cuando tomas una decisión,
eliminando así, cualquiera de las otras posibles posibilidades, habrías dado
cualquier cosa por saber qué hubiese ocurrido si hubieses elegido otra.
Somos esclavos de nuestra propia
mente, nos jactamos de ser grandes pensadores y tan solo somos una panda de
ignorantes. Porque la verdad universal nos queda muy grande. No hemos nacido
para dominar por completo el mundo, solo para pensar que lo hemos dominado.
Ewinor
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