A veces echo la vista atrás y me
vienen a la mente miles de imágenes, momentos, canciones, palabras, personas…
Alguna de estas cosas sigue formando parte de mi presente, de mi vida, sin embrago,
otras abandonaron el barco hace tiempo y yacen guardadas bajo llave en un cajón
que muchas veces es mejor no abrir.
Cuántas veces habremos escuchado
esa canción que nos recordaba a algo o alguien y conseguía sacar nuestro lado
más tierno, ése que creíamos que se había extinguido aquella noche en la que la
almohada pasó a convertirse en nuestra más fiel confidente.
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Pensándolo en frío no merece la pena tener recuerdos tristes o
sentir nostalgia, porque en eso consiste la vida, ¿verdad? Momentos que acaban
y proyectos que empiezan, personas que salen por la puerta para dejar a otras
entrar y ocupar su lugar.
“Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que
escapan a los que sueñan solo de noche.” Nunca te duermas sin un sueño, ni
te levantes sin motivos. Nunca vivas por alguien que no esté dispuesto a vivir
por ti.
Así son las reglas de este juego al que llamamos vida; en dejarnos
sorprender por el azar e improvisar sobre la marcha y guiarnos por ese algo que nos late en el pecho. Al fin
y al cabo todo es tiempo, y dicen
que el tiempo todo lo cura, pero nunca sin volvernos un poquito más locos, porque como decía Nietzsche "siempre hay un poco de locura en el amor, pero siempre hay un poco de razón en
la locura."
Ewinor