20.6.11

Y parar ese reloj de arena


¿Quién no ha querido alguna vez que el tiempo dejase de existir? Convertir un momento en algo eterno. Una tarde de risas con los amigos, un atardecer que dará paso a la noche, unos minutos antes de levantarse por la mañana, una conversación, un beso…
Todos esos ratos e instantes que quisiéramos que nunca acabasen. Quizá no sea un sueño tan imposible, al menos podremos retenerlos siempre en nuestra memoria.

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